domingo, 26 de diciembre de 2010

Tierra Madre

Tierra madre...

Que yo te abandoné cuando tuve consciencia de mi ignorancia para rodar por el mundo buscando un trabajo aquí, una esperanza allá, encontrando a veces una mano amiga, otras muchas una cerrada puerta.

Tierra madre que nunca pisé tu suelo con certeza de hombre entero.
Cuántas veces he buscado una ilusión en vano para compensar mi soledad y mi abandono,
Cuántas veces lloré lejos de tí cuando al caer la lluvia no llegaba hasta mí el perfume
húmedo y sensual de la tierra fresca y querida.
Añorar tanto el sabor a pan caliente y agua tierna siempre en movimiento alegre.

Aquí en la ciudad no se escucha el espanto de los truenos, ni se aprecia el grandor de su silencio,
ni tampoco tintinean en la hierba las diminutas flores , delicadas y frescas cuando el viento del norte acaricia sus tallos, bailantes y tiernos.




Tierra madre que no supe apreciar que te tenía tan lejos y en el corazón tan cerca.
Aquí en la ciudad, camino por cien calles que no tienen fin y todo es desconocido para mí.
Sobre la mesa de mi pequeño cuarto, escribo para tí, porque ya no puedo con el peso de la nostalgia.

Madre tierra,
llámame con fuerza para que aunque tarde , vuelva para sentirte cerca
pues siento aquí a mi lado, la recompensa silenciosa de mi soñar eterno que me encontró tan lejos sin yo quererlo.

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